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martes, 1 de octubre de 2013
Participació d'art efímer a CACIS
El pastel de
manzana:
En este mundo nos atrapan las conexiones, están y son, como
líquenes puestos en nuestra disposición.
Vivimos unidas a
ellas, somos efímeros y formamos parte de este universo, somos tierra, agua, y
fuego.
Hago un pastel de manzana, cogiendo el fruto del árbol, pero
surge lo inesperado, el fuego quema el pastel y lo carboniza, mi trabajo surge,
de lo que sale del fuego, recojo lo que queda del pastel de manzana y lo
inserto en un árbol vivo, como un liquen dando vida a una forma muerta.
Dámaris Llaudis
Dámaris Llaudis
domingo, 4 de agosto de 2013
Alguna vez
Alguna vez nos han
electrocutado con la mirada.
Hemos sentido pánico, al
ser observados.
Qué pasa cuando uno se
bloquea, queda expuesto, te haces pequeña.
Queremos bucear sin ser
mojados y meternos en el agua sin nadar.
Pero buscamos un chance,
una nueva oportunidad un nuevo tiempo.
Como dice una amiga; Nada
que una pequeña sonrisa pueda curar.
Dámaris LLaudis
domingo, 21 de julio de 2013
martes, 18 de junio de 2013
jueves, 13 de junio de 2013
Nuestras sombras
Debemos jugar a sacar nuestras sombras y
debemos perseguir la luna, utilizando una paleta de colores inventando un
arcoíris.
Quiero camuflarme dentro de una burbuja,
pasar desapercibida.
Porque nuestras sombras nos persiguen...
Las ficciones nos remueven, como un
tiovivo.
¿Cómo sanaremos nuestro niño interior?
Juguemos a ser payasos en donde lo
imperfecto tiene cabida.
Quiero ser Ilusionista en el mundo de
Alicia en el país de las maravillas.
Seamos nuevamente niños solo niños… démonos
el permiso de jugar a caballeros y princesas.
Dignifiquemos nuestras partes rotas,
uniéndolas con lazos azules.
Dámaris Llaudis
domingo, 28 de abril de 2013
martes, 26 de febrero de 2013
Nuestras sombras
Debemos jugar a sacar
nuestras sombras y debemos perseguir la luna, utilizando una paleta de colores
inventando un arcoíris.
Quiero camuflarme dentro
de una burbuja, pasar desapercibida.
Porque nuestras sombras
nos persiguen...
Las ficciones nos
remueven, como un tiovivo.
¿Cómo sanaremos nuestro
niño interior?
Juguemos a ser payasos en
donde lo imperfecto tiene cabida.
Quiero ser Ilusionista en
el mundo de Alicia en el país de las maravillas.
Seamos nuevamente niños
solo niños… démonos el permiso de jugar a caballeros y princesas.
Dignifiquemos nuestras
partes rotas, uniéndolas con lazos azules.
Dámaris Llaudis
El poder de la palabra
El poder de la palabra,
es sobrenatural, es un poder mayor que cualquier cosa, puede paralizar y mover
montañas, subirte a lo más alto o hundirte en el más hondo de los pozos.
Pueden llegarte hacer
creer que puedes volar, y a la vez ser la palabra la que te hunda y estampe
contra el suelo.
Por ello debemos aprender
a hablar con palabras de dulzura, palabras de vida, no de muerte, palabras que
alegren el corazón y el alma, no que te lo rompan.
Los niños absorben las palabras
como esponjas, tanto las bien dichas como las que a taladran el ser.
Debemos ser seducidos por
la palabra bien dicha sin crítica ni juicio, ni prejuicio ni desprecio. Seducción de la
palabra.
Debemos ser seducidos por
las perplejidades de la música hablada.
Las palabras friccionadas
remueven las partes más intimas de nuestro interior.
Dámaris Llaudis
sábado, 23 de febrero de 2013
Escrito está
El corazón lo sabe.
Por mucho que la razón insista,
sabe del vaivén
de todas nuestras pequeñas muertes,
de la sinfonía de todos nuestros sueños,
y del dolor que , quizá,
no merecemos.
El corazón lo sabe.
Y por eso reinventa un instante de luz,
latiendo ahí, en lo oscuro.
Por eso inaugura cada día
una alegría , la claridad de una risa,
para atravesar sin temor
la senda estrecha de la incertidumbre.
El corazón lo sabe.
La poesía le ayuda a respirar.
Se limita a salvarlo de nuevo.
Tal vez, teniendo fe
en que aquello que se escribe
puede llegar a ser cierto.
Publicado por Yolanda Gelices
viernes, 25 de enero de 2013
lunes, 21 de enero de 2013
miércoles, 16 de enero de 2013
Despojarnos
Debemos despojarnos de
muebles impuestos por los demás, que cargan nuestro cuerpo con pesadas losas.
Debemos despojarnos de
inútiles palabras que dañan el alma.
Hemos amoblado nuestros
recuerdos con ásperas piedras a veces muy pesadas, cargadas de kilos de
tristeza, desaliento, de amargura que no llega a ningún lugar.
Debemos despojarnos de
todo aquello que nos ha dañado en lo más íntimo de nosotros.
Debemos llenarnos de
cosas bellas, de pensamientos hermosos, de música que atraviese el cuerpo, de
sintonías que alimenten el ser y endulzan el día.
Recuerdos de amaneceres,
pintados con sinfín de colores.
Debemos proteger nuestras
mentes con minucioso cuidado.
Dámaris Llaudis
martes, 1 de enero de 2013
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