Leyenda de La Luna y el Lobo
“En
el principio la luna estaba colgada de la nada, en la inmensidad del universo y miraba a la tierra con mucha curiosidad e intentaba acercarse cada vez más.
En un descuido, cayó rodando en un bosque, y asomó una sombra oscura, un ser
con pelo crespo, ojos de miel y una sonrisa lobuna, se acercó a su luz y
jugaron durante horas por el bosque con las sombras, disfrutando de cada
instante, en aullidos y risas, su encuentro fue un hallazgo afortunado. Pero el
tiempo pasó deprisa y la luna tenía que volver al cielo y el lobo al bosque, no
antes de sellar una amistad que duraría toda la vida. Al separarse, la luna le
cogió prestado al lobo su sombra para vestirse de noche y recordar el aroma de
lobo. Desde entonces el lobo aúlla a la luna llena para que le recuerde y le
devuelva su sombra.”
Texto
adaptado por Dámaris Llaudis.