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jueves, 12 de mayo de 2016


Deseo

El amor germina en los sueños,
desvelando el perfume de la rosa.
Usurpando el primer placer su melodía,
abriendo el silencio de la prisión desnuda,
ahogando en un cielo de senos,
que destilan perfume de nardo puro guardado en un vaso de alabastro.

El cuerpo se enamora, erguido en deseo, meciendo en leve somnolencia.
Pero nadie suspira un llanto, su cálida presencia envuelve al cuerpo
que disipa sus miedos y sus lágrimas.
La sombra disimulada descubre el velo que los tapa.
No se sabe si dejar entre renglones,
el amor adormecido.

Dámaris Llaudis 
Renuncia:

Soledad tras la puerta cerrada,
soledad sin amor.
Abre la luz sobre un papel vacío,
llega la escritura,
promesa encerrada en la puerta del olvido.
Sólo el silencio presencia el mundo a mis sentidos,
negándose la belleza.
Busco en la nada para encontrar mi sol,
mirando el cuerpo que divaga en el espejo.
La Luciérnaga que en la noche deambula para coger la luna,
juega al escondite del amor perdido.
Aparece una niebla espesa desdibujando el paisaje.
Esta dicha vacía agrieta la noche meciendo,
yace la vida inerte, la luz pálida espera.


Dámaris Llaudis